jueves, 29 de diciembre de 2016

Esto está para quitarse

"Esto está para quitarse". En las últimas semanas es una de las frases que más oigo entre los galgueros. La situación es grave, demasiado grave, y parece que a la inmensa mayoría de los aficionados les dé igual. En el momento actual se dan las circunstancias propicias para que los galgueros de bien desaparezcan del mapa, alejados de la afición por delincuentes que irrumpieron en las competiciones sin que nadie ni nada se les ponga por delante.
El último episodio dramático del mundo galguero ha sido el robo de Damara y dos de sus compañeras. Damara estaba clasificada para la fase final del Campeonato de España de Galgos en Campo, Copa de S.M. el Rey, que se disputará dentro de unos días en la localidad sevillana de Osuna. No hay derecho a que las fases provinciales se conviertan en el escaparate de los cuatreros de galgos, normalmente relacionados con otras actividades delictivas. Estos sinvergüenzas escogen qué galgo robar y lo hacen sin ningún pudor ni miramiento. Por las fases provinciales de Castilla-La Mancha ha sido habitual poder ver a algún delincuente con antecedentes penales importantes entre el público, pero eso no es lo grave, lo peor es que otros delincuentes condenados en los tribunales participan activamente en la competición sin que nadie se sorprenda por ello. Los tenemos dentro, pero preferimos mirar hacia otrolado, por no tener problemas. Subieron al escenario con perros incluso sin estar federados, recogieron trofeos en competiciones oficiales, son habituales en las manos los días de competición, se hicieron criadores reputados, profesionales del doping... y nadie les dijo nada, a pesar de que hayan pasado temporadas entre rejas y se muevan por mundos oscuros. Les hemos abierto las puertas de par en par y todos y cada uno de nosotros en mayor o menor medida somos responsables.
La Federación Española de Galgos tendría que poner alguna condición a los galgueros federados, como presentar un certificado de penales y estar limpio como condición sine qua non para poder estar federado, por ejemplo. Para tener un perro de razas potencialmente peligrosas es imprescindible este certificado, ¿por qué no para participar activamente en una competición galguera como propietario o cargo técnico? De esta forma alejaríamos a un colectivo que no aporta absolutamente nada al mundo del galgo. Desgraciadamente quedan ya lejos aquellos tiempos en los que en los campeonatos se enfrentaban caballeros en todos los sentidos.
Creo que ahora es ya demasiado tarde o la solución es demasiado difícil, pero nunca es imposible. Habrá que comenzar a poner coto a estos individuos para que los verdaderos galgueros no se sientan solos y desamparados. Todas las instituciones galgueras deben luchar contra el robo y no inhibirse en las operaciones que hay abiertas, porque ahí está el verdadero origen de todos estos desalmados que destrozan el mundo de los galgos, mientras que los galgueros de bien sólo pueden repetir una y otra vez: "Esto está para quitarse".