Y vuelta la burra al trigo...

Como cada año cuando finaliza la temporada de campo, los animalistas vuelven a la carga contra el colectivo galguero, como si se tratara de aquel refrán tan español que decía "Y vuelta la burra al trigo...". En esta ocasión, la periodista Rosa Montero, habitual columnista de El País, se permite el lujo de arremeter contra los galgueros sin conocer este mundo. No nos podemos callar, porque no somos delincuentes. Aquellos que denuncian el maltrato de los galgos, son los mismos que en las operaciones Harry y Clavijo contra los robos de lebreles se negaron a acoger a los animales recuperados (más de 200) si no se les entregaban libres para darlos en adopción. ¿Es que los robos de los galgos no destrozan la ilusión y las vidas de los galgueros? Los galgueros también son personas, con sus sentimientos y todo, aunque los animalistas no se lo crean.

Cuando saltó a los medios de comunicación la cacería del ministro Bermejo y el juez Garzón, intuía que la polémica salpicaría al mundo galguero y el tiempo ha corroborado mi intuición. Pero de peores ha salido la familia galguera, puede más la afición.

En esta ocasión, la Federación Española de Galgos ha enviado una contestación al artículo publicado en El País por Rosa Montero (http://www.elpais.com/articulo/ultima/Desaliento/elpepuopi/20090217elpepiult_1/Tes). El texto es el siguiente:

La columnista Rosa Montero publica en la contraportada de la edición del 17 de febrero de El País un artículo bajo el título de “Desaliento”. La citada periodista se permite lanzar a la opinión pública afirmaciones sin contrastar y sin poder probar tales hechos. Nos referimos a expresiones como “Hace una semana terminó la temporada de caza con galgo y empezaron las matanzas habituales, los bosques espectrales adornados con el fruto atroz de los perros ahorcados”. Desde la Federación Española de Galgos instamos a la señora Rosa Montero a que pruebe los hechos que describe como las “matanzas habituales” y a que indique dónde se encuentran “los bosques espectrales adornados con el fruto atroz de los perros ahorcados”. Seguramente, la periodista citada, de cuya profesionalidad no dudamos, desconozca toda la realidad del mundo del galgo y sólo quiera ver una parte de ella. Pero insistimos en que pruebe todas las afirmaciones falsas que vierte, ya que arremete contra un colectivo de la sociedad formado por miles de personas que no tienen que aguantar cómo se les injuria y apalea públicamente cada primavera cuando acaba la temporada de caza, cuando ellos están preocupados por el bienestar de sus galgos, completamente identificados mediante microchip y tatuaje, y no por maltratarlos como la señora Montero escribe.

En los casos de robo y maltrato de galgos, como en las operaciones Harry y Clavijo –donde se recuperaron 226 galgos-, la Federación Española de Galgos se ha personado como acusación particular para que sus autores sean castigados y no dudará en ningún momento en personarse judicialmente en cuantos casos de maltrato y robo de galgos surjan en el futuro.

La Federación Española de Galgos no quiere un trato de favor por parte de nadie, pero sí que se trate a sus federados con respeto, que son personas civilizadas como el resto de la sociedad española.

P.D.: Me pregunto qué porcentaje de galgos hay en los refugios de las protectoras frente a otras razas, porque creo que son amplia minoría.