Tres individuos sin identificar arrojaron un galgo muerto en la noche del miércoles, día 4 de marzo, junto a un contenedor en el casco urbano de Albacete. Según los testigos, tres personas con rasgos latinoamericanos dejaron al galgo envuelto en unas mantas, por lo que al principio los testigos pensaron que se trataba de una persona muerta. Cuando desliaron las mantas descubrieron que se trataba de un galgo muerto.
Estos individuos NO SON GALGUEROS deben ser tratados como delincuentes, pero nunca como galgueros. La justicia debe perseguir estas acciones y no considerarlas como actos menores. Las operaciones Harry y Clavijo deben significar el inicio de un cambio de mentalidad por parte de la Justicia y la clase política. Los autores de actos como éste sucedido en Albacete deben ser perseguidos y debe caer sobre ellos todo el peso de la Ley, pero para ello hay que endurecer las penas y considerar el robo y el maltrato a los animales como delito.
Fotografías de Rubén Serrallé.
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