En los pasados días, los distintos medios de comunicación se han hecho eco de un acto en el que Carmen Cervera, en nombre de ciertos grupos animalistas, hacía entrega a José María Barreda de un documento en contra de la caza con galgos, acompañado de un número determinado de firmas.
Como siempre, desde las asociaciones proteccionistas, se cae en la fácil tentación de demonizar al colectivo galguero. Se generaliza y se ataca ferozmente a miles de personas sólo por tener en común su afición a esta antigua y bella modalidad de caza, sin profundizar en la principal causa de este problema, como es el robo masivo de galgos. En los últimos tres años hay registradas más de 2.500 denuncias por sustraer galgos, según el Seprona, la mayoría de los cuales son los que aparecen posteriormente maltratados.
Recientemente la Guardia Civil recuperó 226 galgos robados en las operaciones Harry y Clavijo y se detuvo a 40 personas implicadas. La Federación Española de Galgos se hizo cargo de estos perros hasta la devolución a sus propietarios, y se ha personado como acusación particular para que los autores sean castigados, y si hubiere algún responsable federado, será expulsado inmediatamente. ¿Dónde estaban las asociaciones que ahora realizan estas denuncias?
Nuestros galgos están perfectamente identificados, vacunados y tratados de la misma e incluso mejor manera que cualquier otro perro que vive en España, y no se pueden explicar los sentimientos hacia nuestros compañeros de caza, de entrenamientos y que viven el día a día dentro de nuestras casas con nuestras familias.
Se habla injustificadamente de miles de abandonos y ahorcamientos cuando finaliza el período de caza. Las cifras del Seprona están ahí para quien las quiera, aunque a estos colectivos no les interesen, y éstas no sitúan al galgo como una de las razas más maltratadas, pero sí como la más robada. Como consecuencia de estas cifras, el Parlamento Europeo desestimó en el año 2006 la propuesta de abolir la caza con galgos, argumentando que no se podía concluir que el maltrato de esta raza sea una práctica generalizada en España.
Los galgueros estamos radicalmente en contra de del maltrato hacia esta raza que amamos y protegemos, ya que somos los principales perjudicados debido a la imagen que se proyecta de nosotros ante el resto de la sociedad. Que se castigue como merece a quien realice estos atroces actos, pero que no se estigmatice al conjunto de los galgueros sólo por el hecho de serlo.
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